Sobre la iluminación al investigar

Una de las cosas que más me gusta hacer es INVESTIGAR. La investigación te permite descubrir muchas cosas, ponerte al día, conocer nuevas personas, aprender, ampliar tu sabiduria y consciencia y darte cuenta que lo que sabemos del mundo es apenas una muy pequeña parte.

Todos los días aparece algo nuevo. Todos los días miles de personas escriben sobre su punto de vista en diferentes temas. Otros tantos se lanzan a la aventura de experimentar para confirmar sus teorías o las de otros. Y eso es sólo hablando de la parte humana. Luego la naturaleza hace su tanto curando milagrasomente a un enfermo, cambiando de estación, rompiendo con las estimaciones que hace el hombre sobre el clima o simplemente creando nuevas montañas, valles o ríos.

Si el ritmo de la vida es este, porque quieres apartarte de investigarte y descubrir cosas nuevas en ti. Este es el principio del milagro y la dicha de estar vivo.

Esta semana estoy haciendo 2 workshop sobre cómo fijar metas y planificar un 2018 exitoso. Una de las facilitadoras es directa y alocada. Tiene un talento maravilloso para demostrarte que planificar un año de metas exitosas para tu negocio es más sencillo y divertido de lo que imaginas. La otra es más calmada, pero no menos centrada y directa. Ella basa el éxito de tus metas en lo alineadas que estén ellas con tu “Propósito de Vida” y con la forma como quieres sentirte y vivir cada día.

Una pregunta, en los ejercicios de hoy, causó cortocircuito en mi cerebro y muchas ideas que tengo de artículos para compartir con ustedes cobraron sensatez y sentido.

¿En qué eras bueno cuando eras niño?

¿Qué era lo que más disfrutabas hacer?

Fue como el desenlace de una película autobiográfica. Vi mi infancia en un segundo y pude conectarme con una niña que amaba la soledad, el silencio, la capacidad de escuchar, la observación de la naturaleza, la conección interna, la vida espiritual y tranquila, y la expresión de estos estados a través del arte (de pequeña pintaba con óleo y bailaba). Eureka! Eso es lo que contengo en mi interior en este momento, una vida interna trascendente y en constante evolución que amo profundamente.

De repente una marejada de certeza recorre mi columna vertebral como fuegos artificales multicolores. Que alivio, esto es lo que he sido siempre y lo que quiero ser hasta que pase a otro plano. No tengo que cambiar nada para parecerme a nadie, o para agradarle a nadie. 

Quiero seguir desarrollando mi sentido del “estar presente” para escucharte y acompañarte. Quiero poder sentir y visualizar en tus palabras y sueños, la certeza de tu valentía, para acompañarte a lograr todo lo que te propongas. Quiero ser ese alguien en quien puedes confiar porque simplemente creo en ti, como coach y mentor, para celebrar al final del camino tus logros, tu vida maravillosa y feliz.

Agradezco a todos esos seres de luz y amor que a mis 46 años me siguen acompañando y enriqueciendo mi vida. Gracias por aceptar mis silencios y mi permanente conección con el interior. Gracias por entender, aceptar y amar el ser humano que soy.

Nos vemos en un 2018 lleno de transformación, de expansión y evolución. Recuerda que un Coach o Mentor te apoyará en el logro de tus metas pues te acompañará hasta verte disfrutando de la abundancia que por derecho natural te corresponde.

Mantente conectado porque traigo buenas propuestas para ti y para tus sueños.